Iniciamos un viaje hacia los lugares con misterio del mundo. Aquí podreis ver reunidos en un solo blog: Castillos, casas encantadas, lugares con leyendas, cementerios... Un catálogo con todos aquellos sitios que merecen la pena visitar por contenido paranormal o legendario.
El colegio de Nuestra Señora de Covadonga, situado en el valle asturiano de Turón, encierra un gran misterio entre sus muros abandonados. Durante la Guerra Civil española sirvió como cárcel y lugar de ejecución. A partir de entonces, los vecinos aseguran que por sus largos pasillos se pueden ver sombras y luces extrañas y que se oyen gritos de dolor. En pleno corazón de Asturias se ubica el Valle de Turón, enclave trascendental para la minería y la industria asturianas y para la historia de España. Atravesando la avenida principal de su pueblo se encuentra el edificio del colegio abandonado de Nuestra Señora de Covadonga, más conocido como de La Salle. Su interior esconde un gran misterio. En él tuvo lugar una historia trágica que cambió la vida de varias familias de este municipio. El Colegio de Nuestra Señora de Covadonga se inauguró en 1917 y estuvo abierto hasta el año 2005. A partir de entonces el paso del tiempo y la desatención han causado estragos en sus instalaciones a pasos agigantados. El 5 de octubre de 1934 las tropas revolucionarias capturaron a nueve profesores religiosos en el interior de aquellas aulas. Tras cuatro días de cautiverio fueron conducidos hasta al cementerio para ser asesinados. Asimismo, este edificio también sirvió como cárcel y lugar de ejecución de los antepasados de algunos vecinos de esta población. Representantes de la Plataforma Juvenil de Turón, vinculados al Ayuntamiento de Mieres, destaparon esta espeluznante historia en 2007 al ponerse en contacto con el grupo de investigadores asturianos de lo oculto Gaipo. Estos, además, se encargaron de estudiar y verificar la oscura leyenda que rodea a este lugar, según la cual en los largos pasillos del antiguo colegio abandonado se ven sombras y luces de tonos verdes y blancos, y que se oyen voces a altas horas de la madrugada. Los vecinos comunicaron estos hechos a las autoridades, pero estas les no encontraron nada fuera de lo normal en el interior del edificio abandonado. Al mismo tiempo que comenzaba la investigación de campo en el inmueble para comprobar la autenticidad de los fenómenos paranormales se emprendía una reconstrucción documental sobre las personas que fueron testigos de los hechos que acontecieron allí. El secreto desvelado fue excepcional. Fenómenos paranormales Los expertos aplicaron las últimas tecnologías para registrar cualquier fenómeno paranormal, analizarlo y guardarlo como prueba. Tales indagaciones se realizaron siempre después de que se ocultara el sol, a partir de la medianoche hasta la llegada del amanecer. La primera parte de este trabajo se basó en realizar estudios sobre el habitáculo -de tres plantas y con más de 40 dependencias-, así como en la elaboración de planos por parte del integrante del grupo Iván Lanza, licenciado en Topografía, para determinar los puntos estratégicos donde efectuar las experimentaciones. Una vez señalados, los técnicos de fotografía del grupo llevaron a cabo barridos fotográficos para captar cualquier posible anomalía, ya que los infrarrojos pueden recoger lo que el cerebro humano es incapaz de codificar. Una de las imágenes más impactantes fue tomada en la primera planta del edificio. En ella se podía ver una luz verde que cruzaba en dirección al fotógrafo. Tal suceso se filmó cerca del aula donde habían sido retenidos los religiosos ejecutados. Asimismo, las cámaras colocadas en los pasillos estaban provistas de visores acoplados aptos para la Infra visión -visión nocturna y termo visión-, así como capaces de captar las variaciones y las siluetas de cuerpos a través de la temperatura emanada. Además, en la planta baja estaba instalado un punto de control y un laboratorio de análisis de audio y vídeo para analizar el material que se obtenía y para examinar las grabaciones de las videocámaras repartidas por el edificio. El registro de audio pretendía obtener psicofonías. Para ello se utilizaron grabadoras convencionales de cinta magnética, conectadas a amplificadores y micrófonos altamente sensibles. Las psicofonías captadas mostraban mensajes de dolor, que fueron contrastados con los testimonios conseguidos y la historia que envolvía los lugares del edificio donde fueron recogidas, como el sótano del colegio, lleno de escombros, y una pequeña y agobiante habitación del piso superior que se encontraba quemada. En la primera sala se grabó un grito perturbador, como si alguien estuviera siendo torturado. El resto de los mensajes recogidos también eran de sufrimiento: “Ayudadme”;”Maltrato”; “Afuera, encontrad”;
“Llámame”; “Cobardes”. En algunas ocasiones estaban acompañados de ruidos sin explicación, golpes en muebles o raps e incluso de puertas que se cerraban de repente o de detectores de movimiento que saltaban sin que supuestamente nada se cruzase por su zona de control. Por ello, los miembros del grupo Gaipo realizaron sesiones de espiritismo en los sótanos del inmueble para obtener más pistas sobre estos fenómenos. Los datos revelados parecían incoherentes en un comienzo: personas apresadas en aquel lugar, muertes, restos humanos y aparentes entes, entre ellos un nonato… Todo cobró sentido gracias a los testimonios. La Fosa común Los investigadores encontraron amplia información sobre el asesinato de los sacerdotes, declarados mártires de guerra en Roma en el año 1999, pero muy poco acerca de las muertes de los demás presos políticos, debido a que todo fue quemado en el año 1936. Por este motivo fueron decisivos la aportación de nuevos documentos, en forma de artículos de periódico, y la colaboración de algunos testigos, como el enterrador, para esclarecer el caso. Ángel Ortega, de 95 años, fue uno de los ancianos que vivió lo ocurrido en aquel lugar, ya que su mujer fue asesinada cuando estaba embaraza de siete meses (dato que concuerda con el hecho de que aparezca un nonato en las psicofonías). “Los muros de esta escuela sirvieron de cárcel en la toma de 1937. Muchos vecinos fueron hechos prisioneros en sus sótanos para luego ser ejecutados. Entre ellos, mi esposa Consuelo. Ella fue acusada, perseguida y apresada para sonsacarle mi paradero. Mi mujer sufrió torturas dentro del colegio: fue maltratada, mancillada y, finalmente, asesinada”. Además, en los años cincuenta del pasado siglo unos menores, apodados Los niños hueseros, encontraron durante las reformas del patio escolar numerosos huesos, que a día de hoy aún continúan bajo el asfalto, algo que concuerda con el testimonio de Hermesindo Andrade, quien asegura que él y otros alumnos fueron obligados a enterrar los huesos en un antiguo huerto: “Algunos cráneos conservan marcas y agujeros practicados por los verdugos”. A partir de este momento la prensa local y los medios nacionales mostraron interés en el asunto. Es una de las escasas ocasiones en que en España, y gracias a una investigación paranormal, se descubre la ubicación de una fosa común.
Los inquietantes sucesos del hospital Manuel Lois. El antiguo hospital de Manuel Lois solo sobrevive en los recuerdos de aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerle ya sea por fuera (admirando su arquitectura), o por dentro (tratando de encontrar o tener contacto con algo sobrenatural).
En la actualidad, el edificio fue destruido pero durante más de quince años de abandono se produjeron en él numerosos sucesos misteriosos, y en sus últimos pisos, es donde muchos testigos aseguran haber presenciado toda una serie de fenómenos extraños, entre los que destaca la aterradora aparición de una enfermera o monja fantasma que paseaba por sus oscuros y destartalados pasillos.
Al ser desalojado, en el interior del hospital quedaron numerosos enseres y materiales médicos. Una noche, sin saber cómo, unos cuantos colchones que todavía permanecían allí, comenzaron a arder de forma inexplicable en la cuarta planta del edificio. El fuego alcanzó unas dimensiones considerables, por lo que los servicios de extinción de incendios de Huelva tuvieron que acudir para sofocar las llamas, tarea que resultó muy dura. Uno de los bomberos participantes en las tareas de extinción, J.L.G., nos explicaba:
«Entre el humo pude distinguir claramente la silueta de una persona; fui hacia dónde se encontraba, sin embargo se alejaba de mí. Vestía ropa de asistencia sanitaria pero de otra época. Reconozco que en ese momento sufrí auténtico pánico».
En esa misma planta ya se han producido en los últimos años seis incendios sin motivo aparente.
En los pisos del lugar, se encontraron pentagramas, velas y tableros de la ouija, de jóvenes o incluso grupos que trataron de establecer comunicación con aquellas apariciones, en el lugar se sentía mala energía, tristeza, debido a tal vez las numerosas historias que nacieron en el lugar por los pacientes que allí murieron.
Varias personas que han entrado en el lugar, afirman a ver visto a una mujer de blanco que llora en las noches, incluso se han oído camillas y objetos que se mueven solos por el lugar, sonidos de ultratumba que se expanden por todo el lugar, de lamentos y de tristeza.
La leyenda de la “monja blanca”
Son varios los testigos que afirman haber visto en la última planta a una «dama blanca» que lloraba por las noches y cuyos quejidos crispaban los nervios de los empleados de urgencias. Algunos de ellos solicitaron la baja por depresión, ataques de nervios e histeria. Hace años la zona de urgencias comunicada con el resto del edificio mediante un pasillo que tuvo que ser tapiado, precisamente debido a la visión en los pisos superiores de esa extraña presencia que asustaba a los empleados. Aún después escuchan ruidos de camillas y sillas de ruedas en movimiento, como si estuvieran en funcionamiento, además de lamentos, gritos y sonidos propios de instrumental médico; Y esto sucede en un lugar que registró hace años la salida de su último paciente.
En el interior del hospital, los trabajadores se dejaron instrumentales y mobiliarios. En este sentido, son muchas las voces que afirman, esta vez en forma de rumor, que una de las circunstancias que aceleró el proceso de desalojo del edificio fueron precisamente los extraños sucesos.
Los acontecimientos paranormales que sucedían, no solo afectaron a, los pacientes y empleados del hospital, se cuenta que «Danko», un perro, se sintió acechado por «algo» invisible, y que otros animales guardianes en este edificio fueron retirados acobardados por una «presencia» invisible, que primero provocó su agresividad, para luego inducirle a huir tembloroso. Otro vigilante de seguridad pudo ser partícipe, junto a su perro, de la aparición de la dama de blanco y sentir sus lamentos:
«Me encontraba en medio de la oscuridad más absoluta, sólo portaba una pequeña linterna. Fue entonces cuando el perro comenzó a tirar de mí y, al cruzar una esquina, me topé ante una presencia fantasmal femenina que venía hacia donde me encontraba».
Nuestro protagonista sufrió de un ataque de nervios que, con el tiempo, provocó en él la caída del cabello. Vecinos del coloso onubense también se atrevieron a entrar en su interior con el fin de sustraer algunos de los objetos abandonados en su desalojo. Así, una pareja tomó una lámpara de quirófano que instaló en su casa, llevándose la desagradable sorpresa de que ésta parecía tener vida propia y se accionaba o apagaba a voluntad, atemorizando a sus nuevos «propietarios». La lámpara no volvió a funcionar bien, hasta que finalmente la dejaron en el lugar de donde fue sustraída: la cuarta planta del Hospital
Seguro que has oído hablar alguna vez del Sanatorio de Waverly Hills. Lugar considerado como uno de los más encantados de los Estados Unidos, ha sido encantado por décadas de sufrimiento.
Situando cerca de Louisville, Estados Unidos, en el estado de Kentucky, el sanatorio de Waverly Hills abre sus puertas en 1910 con el fin de tratar a las víctimas que sufren de tuberculosis. Lo que al principio fue un pequeño hospital se convirtió en 1924 en un gran hospital con más de 400 salas y un equipo de los más moderno. El hospital cerró sus puertas en 1961, pero se reabrió en 1962 como "Sanatorio Geriátrico de Woodhaven", para cerrarlas difinitivamente en 1982.
Numerosas historias circulan respecto a los malos tratos infligidos a los pacientes. Cerca de 63.000 personas murieron allí después de haber sido víctimas de experiencias supuestamente médicas. Solamente el 5% de los pacientes sobrevivían a este tratamiento sangriento. Cada vez que una defunción ocurría, para que el resto de pacientes no sospecharan nada, los muertos eran llevados por las noches a lo que se conoció como "El túnel de la muerte". Éste era una galería en los sótanos del hospital y que acaba en una vía férrea. Entonces, ¿décadas de sufrimiento pueden haber tenido como consecuencia una atmósfera paranormal?
Tras su cierre de 1961, muchos hechos misteriosos han sido relatados por los que visitaban el sanatorio. Sombras, luces volantes y cuchicheos forman parte de las leyendas que corren sobre el tanatorio. Podemos igualmente percibir el espíritu de un hombre vestido de blanco errando por la caféteria o la cocina. Nadie sabe de quién se trata, pero algunos creen que es el espíritu de un viejo empleado de Waverly que habría contraído la tuberculosis y murió de eso. El fantasma de una vieja mujer ha sido a menudo visto en la entrada principal del sanatorio. Se ve a la mujer con las manos y las piernas encadenadas mientras sus muñecas y sus tobillos sangran. Ella implora ayuda y luego desaparece.
En el tejado del hospital afirman que se oyen voces de niños cantar Y es que cuando el hospital funcionaba, los niños con tuberculosis estaban colocados sobre el tejado para los tratamientos de helioterapia, que consistía en exponerlos a los rayos supuestamente curativos del sol. El cuarto piso está considerado como el sector más horroroso y activo del hospital.
Allí se han apercibido muchas sombras, apariciones de personas vagando por los corredores y escuchado puertas crujir. Incluso se habla de voces y gritos de dolor.
Otros fenómenos: Un guardia vio una cabeza flotar a través de una de las salas una noche. Mucha gente ha informado de haber visto luces en el edificio por la noche, aunque hace años que no hay electricidad. Ruidos de pasos, ruidos de cuchicheos, ruidos de puertas que se cierran en el vestíbulo del sanatorio Waverly. Pero quizás una de las leyendas más intrigantes sea la de la habitación 502.
La leyenda cuenta la tragedia de dos enfermeras que se habrían suicidado allí. En 1928, la enfermera principal fue encontrada colgada del techo de la sala 502. Según búsquedas más amplias, tenía 29 años, estaba soltera y embarazada. En 1932, otra enfermera saltó por la ventana de la sala 502. Actualmente, muchos aafirman sentir una sensación de opresión y de angustia muy grande al entrar en esa sala. Otros, afirman haber visto sombras desplazarse por las ventanas e incluso oír una voz que les decía "Salid de aquí".
La alemana Bertha Wihelmi decidió dedicar su vida a los demás luchando contra la tuberculosis tras que su hermano falleciera de dicha enfermedad, que por aquella época era en muchos casos incurable. Como mal menor, los infectados por la mortal dolencia que eran tratados a tiempo, disfrutaban de una muerte digna y de cierta calidad de vida en el escaso tiempo que los separaba de su inexorable final. Aquel triste suceso marcaría para siempre a la alemana. Con la intención de prestar auxilio a aquellos que sufrieran con la enfermedad que se había llevado a su hermano a la tumba, se instaló en Alfacar. En este hermoso rincón de la geografía española construyó un sanatorio, obra en la que empleó todos sus ahorros. El enclave, rodeado de bosques, sería el lugar perfecto para la recuperación, aunque tan sólo fuese parcial, de los pacientes. Los granadinos acogieron con entusiasmo la inauguración del hospital y la prensa de la época elogió ampliamente la iniciativa. Pronto sus instalaciones estuvieron repletas de afectados, que disfrutaron de las bondades de Bertha y sus enfermeros. Sin embargo, de la noche a la mañana sucedió algo extraño y el hospital fue clausurado. Los enfermos se vieron obligados a desalojar el centro, el cual desde entonces permanece en un lamentable estado de abandono. Cuenta la leyenda popular que Bertha no pudo soportar por más tiempo la ausencia de su hermano y se suicidó en una de las habitaciones del sanatorio, posiblemente ahorcada. Otras versiones, quizá más realistas, apuntan que su fallecimiento estuvo provocado por un derrame cerebral. El caso es que tras la desaparición de Bertha nadie continuó con la obra de la buena mujer. Hoy en día el antiguo hospital es poco más que unos muros viejos, decrépitos y destrozados, que tan sólo nos permiten imaginar la estructura de lo que en su momento fue un edificio que colmó de esperanzas a enfermos condenados a morir. A partir de entonces, si atendemos a las declaraciones de diferentes testigos, entre las paredes del hospital continúan habitando «presencias invisibles».
Dos investigadores granadinos, Juanjo y Antonio Guzmán, llevaron el peso de la investigación sobre los extraños sucesos en el hospital de Bertha. Durante años convirtieron aquel rincón de la Sierra de Alfaguara en su centro de operaciones. Ambos sufrieron en el lugar un fenómeno de difícil explicación, cuando atravesaban en automóvil el pueblo de Alfacar. Su coche, como casi todos los que están en circulación desde hace años, posee un sistema electrónico LCD en el que aparece la fecha y la hora. En un determinado momento observaron cómo los números de la pantalla de cristal líquido comenzaban a cambiar, hasta reflejar una fecha y hora diferentes. Los investigadores no le dieron mayor importancia al suceso. Sin embargo, tiempo después, los lugareños les narraron el caso de un hombre que se ahorcó en un árbol cercano al viejo sanatorio a mediados de los años 70 del pasado siglo. Sorprendentemente, la fecha y hora de la muerte del individuo coincidían con las que habían aparecido en la pantalla LCD del automóvil semanas antes. Este desconcertante hecho se repetiría en el caso de otros visitantes, tal como pudieron averiguar tiempo después los investigadores. Durante décadas, visitantes y excursionistas experimentaron extrañas sensaciones en las inmediaciones del decrépito edificio. De hecho, existe una zona muy cercana al viejo hospital, tranquila y resguardada, que es muy frecuentada por campistas. Éstos, en más de una ocasión han sufrido algunos «percances» que han provocado su huida. Por ejemplo, muchos de ellos han narrado que sus tiendas solían aparecer rajadas, cuando nadie más se encontraba en la zona. Otros visitantes ocasionales, en este caso senderistas, afirman haber percibido ciertos sucesos desconcertantes. Desde el curioso fenómeno conocido con el nombre de «sonido cero», consistente en la ausencia total de ruidos (manifestación habitual en los lugares marcados por lo paranormal), hasta casos de individuos que, tras pasar junto al edificio, se desorientan y terminan perdidos en medio del bosque. Alguno de estos casos a punto estuvo de acabar en desgracia. Son innumerables las noches que Juanjo y Antonio, junto con un nutrido grupo de amigos e investigadores, han pasado en el interior y los alrededores del hospital de Bertha Wihelmi, a la espera de lo imposible. Y, en más de una ocasión, lo absurdo se ha hecho realidad. Los investigadores lograron captar un buen número de psicofonías, en algunas de las cuales se escucha el nombre de Bertha Wihelmi o las propias voces se identifican como la holandesa. En otras, las grabaciones muestran lejanas y breves conversaciones relacionadas con el pasado del ruinoso edificio. El grupo de investigación inicial disminuyó su número de miembros a medida que los fenómenos se hacían más espectaculares. Así, algunos de los aficionados a lo paranormal pudieron percibir como «algo» invisible tiraba de sus ropas o mochilas, por lo que muchos decidieron no volver al lugar.
Los investigadores sabían que algunas personas habían contemplado la aparición espectral de una enfermera que vagaba por las estancias de la construcción, acompañada por lo que los testigos identificaron con un gran perro negro. Los dos principales investigadores, Juanjo y Antonio Guzmán, pasaron muchas noches en vela con el objetivo de toparse con la presencia fantasmal. Una noche, junto a otra persona, comenzaron a escuchar unos pasos en la lejanía, cuyo sonido venía acompañado por una voz susurrante. Acto seguido, los tres vieron la imagen de una mujer de pelo blanco, con unas ropas del mismo color y una cara muy demacrada. Lo sorprendente es que la figura se desplazaba lentamente, pero a varios palmos del suelo. Antes de que ninguno de los presentes pudiese reaccionar, la mujer se volatilizó en el aire. Días después, los hermanos Guzmán, tras una intensa investigación en archivos y bibliotecas, dieron con una vieja fotografía en blanco y negro de Bertha Wihelmi. Cuando la contemplaron por vez primera, ambos se miraron con cara de asombro y cierto temor. Era el mismo rostro que habían contemplado en el interior del sanatorio encantado. Otros visitantes han relatado que abandonaron el lugar tras notar que una presencia los observaba o bien tenían la sensación de que una «negrura» avanzaba hacia ellos. No faltan aquellos que pudieron escuchar con total claridad voces y gritos de procedencia desconocida a escasos metros de su posición. Sin embargo, por mucho que intentaron localizar el origen de tan desagradables sonidos, nunca hallaron una explicación.
Rafael Reyes es un profesor de secundaria que tomó la decisión de investigar por su cuenta los sucesos del viejo hospital, tras enterarse de los sucesos anómalos que allí ocurrían. Durante dos años viajó regularmente al viejo hospital con la intención de grabar psicofonías. En una de ellas se escucha el nombre de Bertha, pero también ha obtenido otras muchas en las se han registrado diferentes voces diciendo frases completas, incluso en latín. «No me molestes más», «vete» y «no entres dentro», son algunas de las inclusiones psicofónicas que ha obtenido Rafael Reyes. En una ocasión le preguntó al supuesto fantasma de Bertha por qué no se mostraba. «¿Tienes miedo?», inquirió el investigador. «Tú sabes que no tengo miedo», fue la respuesta que se plasmó en la grabadora. Por otro lado, también ha logrado tomar varias fotografías en las que según el interesado se aprecian misteriosas figuras que no estaban presentes en el momento de apretar el disparador de la cámara. En algunas de ellas presuntamente se ve a una mujer ataviada con un antiguo uniforme de enfermera, un perro, un niño o una figura negra.
La vida de Bertha
Bertha Wilhelmi vivió entre los años 1858-1934. Cuando todavía era una niña sus padres se establecieron en Granada y montaron varias fábricas de papel. Ella vino a esta región unos años después y cuando ya había visto morir a su hermano de tuberculosis. Se casó varias veces, tuvo varios hijos, construyó una casa en el rincón de El Purche que llamó “Las Acacias” donde empezó a atender enfermos de tuberculosis. Poco tiempo después, creó el Patronato Antituberculoso de la Alfaguara , con la ayuda de los doctores Alejandro Otero y José Blasco Reta. En 1923 se inauguró el Sanatorio de la Alfaguara , especializado en el tratamiento de la tuberculosis, y en 1924 organizó un preventorio para niños y niñas, con todas las características de una escuela al aire libre.
Su gran actividad y sus muchos viajes se compaginaron con temporadas en la casa del Purche, en compañía de sus hijos y nietos, que serán objeto de su atención educadora. Separada del Sr. Domínguez, encargado de la fábrica de papel que tenía en el término de Pinos Genil y segundo matrimonio de Berta, se dedicó plenamente a ayudar a los demás. Tanto en su vida privada como en su actividad pública, Bertha no se ciñó al patrón de esposa y madre propio de las mujeres de su clase y época. Compartió los últimos años de su vida con su hija Berta y con su sobrina, Emma Wilhelmi. En la primavera de 1931, un derrame cerebral la inutilizó física y mentalmente, muriendo el 29 de julio de 1934. El pensamiento feminista de Bertha Wilhelmi queda patente en la ponencia presentada al Congreso Pedagógico Hispano-Portugués-Americano, titulada «La aptitud de la Mujer para todas las profesiones», donde defenderá «la igualdad de ambos sexos en cuanto al derecho a buscarse los medios de subsistencia necesarios para la vida…, derecho de gobernarse por sí y de tomar parte en las cuestiones sociales». sta mujer de gran inteligencia, fuerza y buenos sentimientos, feminista y amante de la naturaleza, fue muy conocida en Granada por sus escritos y la ejemplaridad de vida, siendo calificada en su momento como «ilustre señora», «insigne escritora» o «dama ejemplar». Progresista, libre de prejuicios, de fuerte carácter y respetuosa con otras ideas, llevó a cabo en Granada una enorme labor en muy diversos ámbitos, entre los que destacan los de carácter pedagógico y filantrópico, impulsada por su preocupación en la regeneración física y moral de las personas. En la ciudad de Granada existe una calle con su nombre.
En las profundidades de las calles de París, Francia, se encuentran los restos de más de seis millones de parisinos. Muchos creen que debido a estas pobres almas que perturbados en sus lugares de descanso, deambulan por los antiguos pasillos subterráneos de piedra de París, lo que hoy es conocido por muchos como "las catacumbas".La historia de las catacumbas
El nombre oficial de las catacumbas es “l'ossuaire municipal”, el cementerio cubre una pequeña parte de los túneles subterráneos que componen "les Carrières de Paris, el túnel entero se conoce como" las catacumbas”. Desde la época de los romanos de París enterraron a sus muertos en las afueras de la ciudad. El surgimiento de la cristiandad trajo un cambio sobre la práctica de enterrar a los fieles difuntos en terrenos consagrados y en las iglesias vecinas.
Con la expansión de la ciudad en el siglo X, había muchos cementerios, sin embargo con la población originaria de París, los cementerios se acumularon y ya no se podían construir más. En ese momento sólo los ricos podían permitirse realizar entierros, la iglesia en el siglo XII dio lugar a la apertura de un cementerio central. A finales del mismo siglo las personas dependían de la iglesia de St. Opportune cerca del centro de París.
La práctica común para enterrar a los muertos pobres era la inhumación masiva. Cuando una evacuación en una sección del cementerio estaba llena, se cubría y se hacia otra. Apenas había ataúdes entre los muertos, los restos en descomposición se aceleraba con un proceso químicamente con el uso de la cal y entraba directamente en la tierra causando un grave problema para una ciudad que se basaba en agua de pozo.
Las paredes de los huesos humanos
No fue sino hasta finales del siglo XVIII que la ciudad decidió condenar a todos los cementerios parroquiales existentes y crear tres grandes zonas de entierros suburbanos a las afueras de la ciudad. Alexandre Lenoir, tuvo la idea de utilizar los túneles vacíos subterráneos, y su sucesor, Thiroux DE CRONSE, eligió el lugar al sur de París “Porte d'Enfer“, las sepulturas comenzaron en 1786. En el mismo año, el 7 de abril fue la ceremonia de consagración, los huesos fueron depositados y distribuidos a lo largo de las cavernas. Cerca del sitio se pusieron cruces, urnas y objetos de la necrópolis que se trajeron de los cementerios de las iglesias.
Los primeros años de las catacumbas no eran más que un depósito de huesos. En 1810 Louis Etienne Héricart de Thury, vio que se renovaron y se transforma, las subterráneas cavernas se convirtieron en una sepultura real, visible como un mausoleo, dirigió la reorganización de los cráneos y tibias en las catacumbas de hoy, también se utilizan lápidas y decoraciones del cementerio para realizar la decoración.
Fenómenos Paranormales
A través de los siglos en las catacumbas han sido visitados por muchos, incluyendo a los soldados de la resistencia francesa y alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Ha habido casos de muerte y asesinatos que han tenido lugar en lo más profundo de las catacumbas ocultas de París. Muchas personas dicen que se realizan extraños rituales en el interior, incluso se han encontrado restos de los materiales utilizados en los rituales.
Muchos visitantes afirman que han "sentido" cosas extrañas cuando han estado en las catacumbas, sentimientos como que estaban siendo seguidos y en algunos casos tocados por alguna fuerza invisible, incluso algunos otros han afirmado haber sido estrangulados. Otros visitantes han informado ver figuras de sombras o espectros en las profundidades de las pilas y filas de calaveras y huesos. Posiblemente, la alteración de todas aquellas almas que se encuentran en las catacumbas ha dejado a los espíritus de estos individuos vagando por los subterráneos. Investigadores paranormales que visitan las catacumbas de París han realizado extrañas grabaciones EVP (fenómenos de voz electrónica), así como fotografías de luces extrañas e inexplicables u orbes, así como imágenes con unos fenómenos inexplicables apareciendo en la película.
Las catacumbas están abiertas para las visitas guiadas, es considerado como uno de los 10 sitios misteriosos más visitados del mundo.
(Esta aportación al final de el texto y las fotos incluye vídeos y audios)
Un poco de historia. Belchite "Bello lugar", es lo que significa la palabra. Belchite fue un pueblo de los más prósperos de principios del siglo XX en la provincia de Zaragoza, entre sus bellos muros de estilo mudéjar llegaron a contabilizarse dos conventos y varias iglesias, símbolo de la buena salud económica de la comarca. Los primeros pobladores de este lugar datan de la época romana, aunque muchos pueblos primitivos ocuparon ya estas tierras con anterioridad. Más tarde, los musulmanes dejaron su huella, hasta la reconquista, cuando Felipe III ordenó la expulsión de los moriscos pasando a manos del Conde de Belchite. En el siglo XVII, los Belchitanos consiguieron comprar su independencia a la nobleza. Finalizada la guerra, Franco ofrece a los supervivientes de Belchite la opción de construir un nuevo pueblo o la de dejar que los Belchitenses se ocupen de la reconstrucción y él, a cambio, construir un canal de regadío para llevar agua desde el Ebro y, de ese modo, transformar y modernizar la economía de la zona dejando atrás las poco productivas tierras de secano. Los Belchitenses optan por el nuevo pueblo, cosa de la que posiblemente se hayan arrepentido desde entonces pues pasados los años, no todo fue tan bonito como lo planteó el Generalísimo en un principio. “Yo os juro, que sobre estas ruinas de Belchite, se edificará una ciudad hermosa y amplia como homenaje a su heroísmo sin par. Franco”, “1.937-1.954”.
La construcción del nuevo Belchite fue llevada a cabo por prisioneros de guerra, de este modo Franco se vengaba en cierto modo de aquellos que destrozaron el pueblo haciéndoles construir uno nuevo. En 1946, los vecinos más afines al régimen pudieron ocupar las primeras y mejores casas de Belchite, aunque el pueblo no fue inaugurado hasta 1954 y no fue hasta finales de los 60, que el traslado se dio por terminado. Pese a la promesa de gratuidad para los vecinos del viejo Belchite, el que quiso casa tuvo que comprarla y muchos fueron los que decidieron emigrar a otras tierras. Desde entonces, el viejo pueblo de Belchite permanece pausado en el tiempo como gigantesco monumento de la memoria y el pasado.
Sin duda, es el pueblo abandonado, maldito, fantasma… como queramos llamarlo, más visitado de España, pues sus ruinas son visitadas todos los años por más de diez mil personas. Algunas como homenaje o recuerdo de lo que sucedió allí, otras como simple visita turística y otras muchas, atraídas por las leyendas que cuenta que las almas de los que allí murieron, todavía caminan por sus calles.
LAS LEYENDAS DE BELCHITE.
Desde su total abandono en la década de los 60 y dado su pasado doloroso y sangriento, junto con el perfil fantasmal de edificios semiderruidos. Belchite viejo ha sido un centro de peregrinación para investigadores de lo paranormal de todo el mundo. Las ruinas de los conventos de San Rafael y San Agustín, la inquietante torre del reloj, el viejo cementerio, la iglesia de San Martín… cualquier rincón de este pueblo es un lugar idóneo para pasar una noche con una grabadora y un termo de café.
Y los resultados de estos investigadores no tardaron en producirse. Decenas de psicofonías, grabaciones en las que se escuchan los ecos de la guerra como si aquellos terribles días de 1937 hubiesen quedado impregnados en todas y cada una de las piedras del lugar. Aviones, bombas, disparos… lamentos. Con el paso de los años las leyendas fueron aumentando, en gran parte gracias a estas psicofonías. Presencias misteriosas que caminan por las solitarias calles, sombras que parecen desaparecer en el interior de las casas al paso de los visitantes, fotografías en las que aparecen figuras entre las ruinas, manos que arañan las tiendas de campaña de jóvenes que pasan allí la noche como gesto de hombría, campanas que hace años que desaparecieron y que vuelven a repicar en las noches más oscuras, un niño juguetón que suele asomarse en lo más alto del campanario… quizás sea él quien toca las campanas. Voces que hielan la sangre a los visitantes recomendándoles que se marchen de allí…